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Edward Johnston, un relato personal.


 


El método de enseñanza que implementó Johnston, —basado en los principios de la escritura formal de un modo muy gráfico relacionando las formas logradas con la pluma con las puntas gemelas y con el cuadrante de un reloj— fue impulsado en sus comienzos por mujeres: Anna Simons (1871-1951) en Alemania, Irene Wellington (1904-1984) en Central School of Arts and Crafts en Londres y Dorothy Mahoney (1902-1984) en el Royal College of Art.

Mahoney fue una de sus discípulas entre 1924 y 1928 y con estas palabras comienza su el libro “The craft of Calligraphy”, editado en Londres en junio de 1981.

Este homenaje a Johnston por parte de Dorothy M es uno de los tres libros para mí claves cuando comencé la docencia a mediados de los 80 y que me permitieron organizar y poder transmitir lo aprendido en mis épocas de estudiante sobre caligrafía y tipografía. Los otros: Civilitation de la ecriture, de Druet y Grégoire, de 1976 y Calligraphie de Claude Mediavilla editado en 1993.



Y del relato personal que hace Mahoney de Edward Johnston, elijo:

“Las clases semanales de lettering de Johnston en el Royal College of Art se llevaron a cabo en planta baja del edificio; Johnston escribió de ella: "Tengo una habitación muy grande, con una pizarra que se mueve por medio de poleas, y una plataforma con una barandilla donde puedo estar de pie o sentado y mirar abajo a los diecisiete embriones de escribas". En 1924, cuando me uní a la clase, el número había aumentado considerablemente.”
“Durante sus clases Johnston utilizaba un pizarrón grande y escribía con tizas que se hacían especialmente para él. Tenían 11,5 cm de largo, 2,5 cm de ancho y 1,27 cm de espesor. Afilaba el borde de las tizas con un cincel, simplemente como un lápiz.”


 

“Utilizaba el pizarrón como un bloc de notas, tal vez una semana ilustraba en él las características de las capitales romanas, la semana siguiente, la variaciones de los remates, los serif, la próxima semana las variedades de forma, y así hasta que la pizarra estaba cubierta y recurriría a una nueva página: ¡limpiar el tablero!."

 

"A veces, Johnston incluía en sus charlas temas de filosofía, matemáticas, y de su larga búsqueda de la verdad, con cosas que pasan muy por encima de las cabezas de los estudiantes promedio. En otras ocasiones, sus conferencias eran iluminadas lúcidamente por su humor."

"Cuando la salud de Johnston declinó, realizar diariamente los viajes a Londres y la enseñanza se le hicieron imposible, fui designada tutor de la clase de Iettering. ."Este nombramiento se prolongó desde 1939 hasta 1953, cuando Robin Darwin, entonces director, introdujo la enseñanza de tipografía y se cierra la clase de caligrafía. Por desgracia, muchas otras escuelas de arte siguieron el ejemplo de Darwin."

"Estoy feliz de decir que hay un resurgimiento del interés en la caligrafía en Inglaterra, Estados Unidos y en el continente, pero lamento que los calígrafos de hoy en día carecen de la formación general en las artesanías y las artes de la pintura y la escultura considerada esencial para los estudiantes de arte antes de la Segunda Guerra Mundial."


Y parafraseando a Dorothy Mahoney puedo decir que estoy feliz que se realice esta exposición, es muy reconfortante para mí después de treinta y tantos años, ver nuevamente mucho de su obra reunida.

Tomo también prestado uno de los preceptos Johnstonianos:

"No puede mostrar con su escritura más de lo que puede mostrar con su sonrisa."

 

Silvia H. González



Las fotografías de los pizarrones fueron tomadas por Violet Hawkes y se encuentran en el Victoria & Albert Museum, en Londres.
Las imágenes de las escrituras son partes de la lecciones que recibía Joscelyne Charlewood Turner por correo escritas por E.J. en 1930.


Dentro del marco de Tipos Latinos 2012 se realizó la exposición sobre el trabajo del maestro: Edward Johnston, Letras de vida.


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