La cátedra en la UNL
Universidad Nacional del Litoral
La cátedra en la UBA
Universidad de Buenos Aires

Entrevista a Marina Soria

¿Quiénes fueron tus maestros, tus referentes?
Tuve muchos maestros a lo largo de mi formación. No sé si influyeron en mi obra artística directamente pero sí en mi percepción del mundo de las artes, el diseño e, incluso, la vida.
La primera, mi abuela, una mujer llena de energía y creatividad desde todo punto de vista.
De la Escuela de Bellas Artes recuerdo con particular afecto a Bedoya, profesor de Historia del Arte; de la Escuela Panamericana del Arte, donde me formé en diseño gráfico: (Alfredo) Saavedra y (Félix) Lentino. De mi época de taller: el pintor Héctor Medicci.



Primera marca caligráfica.
Escuela Panamericana de Arte,
1987.


El péndulo II, en el taller de Héctor Médicci, 1992.


Me inició en la caligrafía Carol Johnson, calígrafa norteamericana que dio un seminario la FADU/UBA, en 1990. Pero a quien considero mi referente y más admirado maestro es Thomas Ingmire, calígrafo norteamericano que se dedica a la investigación y la enseñanza de la caligrafía experimental. (Para más información ir a www.scriptsf.com, www.thomasingmire.com)




Flores azules, realizado en el taller de Thomas Ingmire, 2004.

Realicé cursos con los calígrafos Brody Neuenschwander, Sheila Waters y Ewan Clayton; mis referentes también lo son los grandes calígrafos y artistas orientales.
En este último período debo mencionar a mi profesora de sumi-e*, Cristina Coroleu.


* También llamada Suiboku; técnica japonesa de dibujo monocromático en tinta



Ceibo, trabajo de sumi-e, 2008.



Invisible to the eye, libro tipo serpentina de 12 hojas, 2005.


¿Cuándo consideraste que podías llamarte calígrafa? ¿Hay un momento identificable en el que se haya dado ese “click”?
Aún hoy no sé si puedo hacerlo; creo que me falta un siglo de conocimientos y de práctica porque la ejercitación diaria durante años es la que hace a un buen calígrafo. Prefiero describirme como una artista plástica que aplica la caligrafía en todas sus formas.

En estos 28 años de trabajo, no he tenido una práctica suficiente en la disciplina de la caligrafía, sí le he dedicado tiempo a la experimentación y a fundir todos mis conocimientos previos en ella. Sí, hubo un momento, en 2007, en que me dije “pertenecés”. Recibí ese año una mención de manos de Thomas Ingmire y de Maureen Squire, en el marco del concurso internacional de Caligrafía del Guilford Handcraft Center de Connecticut, EEUU. lo cual significó un gran honor para mí. Además, Thomas me dedicó unas palabras en su artículo de apertura en la revista Letter Arts Review, la más importante publicación sobre caligrafía (“…la selección final incluye algunas creaciones asombrosas. Los alfabetos de Marina Soria en todos sus trabajos son excelentes ejemplos de inventiva y expresividad.” Extracto del texto de Thomas Ingmire. Letter Arts Review), e incluso me solicitó trabajos de caligrafía experimental para incluirlos en el segundo número de su revista Codicci, aún sin publicar.




Life force, libro, 2005/2006.

Siendo diseñadora gráfica ¿qué vínculos observás entre la práctica de la caligrafía y la del diseño? ¿Se potencian, se complementan?
Teniendo una formación inicial como artista plástica, luego como diseñadora gráfica y, finalmente, como calígrafa yo diría que todo suma. Las diferentes disciplinas e incluso las experiencias de vida moldean a un ser humano más interesante, con más cosas para decir y mejores herramientas para comunicar su mensaje.

¿Debería la caligrafía ser parte de la formación académica del diseñador gráfico? ¿Por qué?
Personalmente creo que sí. Siendo profesora de Tipografía dediqué el primer cuatrimestre completo a la introducción en el mundo de la caligrafía y al aprendizaje del alfabeto “fundacional” de Edward Johnston. Si bien en ese momento los alumnos me odiaron, creo que con el transcurrir del año lo valoraron ya que muchos de ellos aplicaron la caligrafía a sus proyectos finales.

Porque el conocimiento de la estructura, proporción y forma de construir las letras es una parte importantísima de la formación de un diseñador gráfico actual. Entender las nociones de ductus (cantidad de trazos, orden y dirección con los que se construye una letra) y la consistencia de un sistema de códigos (llámese alfabeto) solo pueden ser comprendidas y aprendidas si se transita la experiencia caligráfica. Estos contenidos aportan sólidos conocimientos a la hora de diseñar fuentes y para la futura experimentación.




Trabajos de alumnos, FADU, UBA, 1998


¿Qué pensás de la vertiente que separa el hand-writing (escritura manual) de la caligrafía (reproducción de formas clásicas de escritura)?
Son todas vertientes de un mismo recorrido. Todas las alternativas deben ser estudiadas para lograr conclusiones propias, sin importar el orden desde un punto de vista formal y experimental.

¿Cuál es el valor de la experimentación en la caligrafía? ¿Vale todo?
Sí, para mí vale todo. Hay que probarlo todo para poder evaluarlo y eventualmente descartarlo. Lo que hoy no funciona puede ser la idea genial de mañana. Yo tengo la firme convicción de que el artista se adelanta a su época y a su tiempo por lo cual se me hace muy difícil juzgar qué está bien y qué está mal, el tiempo lo dirá… Por ahora, y para mí, vale todo aunque hoy no lo comprenda.

La aplicación de la caligrafía al diseño de marcas le da cierta “utilidad” económica que hace que prolifere el recurso aún a riesgo de ser aplicado poco criteriosamente ¿Qué valor agregado le otorga a una marca el ser caligráfica?
El valor de ser única y original; de ser diseñada para ese solo propósito y cliente. Además, es irrepetible.

¿Cuándo es pertinente y cuándo es mejor usar una tipografía existente?
Es mejor usar tipografía cuando uno busca el mayor grado de legibilidad, aunque el tema de la legibilidad esté determinado por las convenciones de la época.
Siempre hay una alternativa caligráfica o de lettering para cualquier producto o servicio salvo, por ejemplo, en señalización, en donde se busca la mayor legibilidad posible.

Con la llegada del formato OpenType, la relación entre las escrituras manuales -con sus florituras y ligaduras múltiples- y la tipografía se explota cada vez más. ¿Qué se gana y qué se pierde con el pasaje de lo manual, en tanto único e irrepetible, a lo tipográfico que, en esencia, está normalizado y estandarizado?

Ocurre eso mismo que mencionás: se pierde el carácter único e irrepetible, original, fresco y personal de lo manual.
¿Qué se gana? Una nueva tipografía para el mundo comercial; en algunos casos felizmente y en otros por desgracia.


Te interesa y explorás la unión de la caligrafía con las artes plásticas. ¿Podés contarme algo de esa parte de tu trabajo?
Es una pregunta muy difícil. A nivel mundial se discute si la caligrafía es un arte o una disciplina práctica como las artes aplicadas.
He visto a lo largo de la historia del arte cómo estas disciplinas aplicadas, en determinado momento, ascienden al rango de arte y me he preguntado qué hace que algo diseñado con carácter utilitario se transforme en una verdadera obra artística.
¿Es la técnica? En parte, pero no completamente, porque sino sólo sería artesanía. ¿Es la originalidad? Mi respuesta vuelve a ser la misma que antes, porque hay cosas muy originales y mal hechas.
En realidad, la respuesta es que son estas cosas juntas lo que hace a una obra de arte: técnica, destreza, genio e inspiración.
Como dice Eugen Herrigel en su libro “Zen en el arte del Tiro al blanco”:


” ¿Cómo se torna espiritual la destreza? ¿Cómo se convierte el dominio soberano de la técnica en el arte magistral de la espada? La respuesta es: el aprendiz lo logrará únicamente si se desprende de toda intención y de su propio yo.”

Desde mi humilde posición de artista calígrafa no puedo más que aspirar a que tanto yo como mis alumnos logremos expresar lo que hay en nuestro interior: pensamientos, sentimientos y nuestra perspectiva del mundo en el que vivimos, para lo cual necesitamos de un mensaje y de una técnica para plasmarlo de la mejor manera posible.
Probablemente este sea un camino previsible para alguien que se inició en el mundo del arte y que al formarse en el diseño buscó incansablemente una forma de hacer comulgar ambos mundos y que, finalmente, encontró en la caligrafía ese puente.
No sé si respondí a tu pregunta pero si no fuera así, me gustaría ayudar citando una de las máximas que guía toda mi obra; es de Martha Graham, famosa bailarina y coreógrafa americana:

”Existe una vitalidad, una fuerza de vida, una energía, una celeridad que a través de ti se traduce en acción, y porque sólo existe una persona como tú en todos los tiempos, esta expresión es única.
Si la bloqueas, nunca existirá por otro medio y se perderá. El mundo no la tendrá. Debes mantener este canal abierto.
No te corresponde a ti determinar cuán bueno o valioso es, o cómo se compara con las expresiones de otras personas. Está en ti en mantenerlo como propio, claro y directo.”


Para terminar, ¿qué le dirías a un estudiante de diseño?
Que estudie y practique todo lo que pueda: caligrafía, diseño, dibujo, historia del arte, artes aplicadas, fotografía, etc. Pero que además vaya al cine, al teatro, que lea, que escuche música y, sobre todo, que observe desprejuiciadamente a la naturaleza que es la mayor de las obras de arte y, en especial, al ser humano.


Realizada por Sergio Braguinsky Carrera
Más info:
www.marinasoria.com.ar