Las bibliotecas dibujadas...encuentro de Julián Balangero con María J. Luque

Biblioteca de Pedro Mairal.

Desde sus ilustraciones de estilo naif, María se obsesiona con describir minuciosamente escenas que se graban en su cabeza desde la observación, el recuerdo y la imaginación. Colecciona lugares, objetos y personajes, confecciona listas, como una base de datos con la que intenta agrupar y cubrir todas las posibilidades dentro de un tema que la apasiona. Con fijación romántica, no desatiende ningún detalle. El ritmo, la repetición y cierta mecanización, amplían la mirada hacia lugares que ponen en valor lo particular, lo propio, lo diverso.

Hace un tiempo María decidió retratar las bibliotecas de sus amigos. «Un domingo a la tarde fui a dibujar a la casa de Alina Calzadilla [ilustradora rosarina]. Estaba aburrida, no sabía qué hacer, su biblioteca estaba justo enfrente mío y la dibujé. Al día siguiente me pareció que esa idea podía continuar y que podía pedir fotos de las bibliotecas que me interesaran. Me gusta pensar que esa colección puede seguir creciendo durante mucho tiempo, un poco se convirtió en una obsesión y me dan ganas de dibujar las bibliotecas de todas las personas que conozco. Junto con el pedido de la foto les mando un encuesta con preguntas sobre la manera en la que organizan sus libros, dónde los guardan, si los prestan, si conservan libros de la infancia y algunas más.»

Pareciera que atesorar objetos físicos pertenece a otra era de la que vivimos, particularmente, conservar libros impresos ordenados en estanterías puede hoy significar para muchos una opción innecesaria y romántica. De allí, el mito apocalíptico sobre la posibilidad de desaparición del libro impreso y entonces, la gradual desaparición de estas bibliotecas que María eligió retratar. Pero, como escribió Umberto Eco: «El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez que se ha inventado, no se puede hacer nada mejor.» María tampoco cree que vaya a desaparecer el libro impreso. «Las casas sin bibliotecas son tristes».

«Creo que se puede saber mucho de alguien por la forma en que acomoda sus libros. Algunos ordenan por autor, colección o editorial, otros por color. Hay bibliotecas divididas en muchos ambientes de la casa. Dibujé una biblioteca que estaba adentro de un ropero, otra que estaba sobre el respaldar de una cama, muchas están llenas de miniaturas, muñecos o plantas. Me da mucha curiosidad poder ver todo eso, me parece que es más íntimo que mostrar el cajón de las medias y la ropa interior.»

Como una especie de manifiesto que pelea desde la pasión en defensa del detalle y las elecciones que nos hacen únicos; María sistematiza, enumera, despliega y comparte con trazo urgente lo que nos une y nos diferencia.

Izquierda: Biblioteca Romi Biassoni. Derecha desde arriba: Biblioteca Flopa, Watson, Paula Holt.

Biblioteca Julián Balangero		Biblioteca Silvia H. González
Biblioteca Julieta Venegas		Biblioteca Daniel Hendler

Izquierda desde arriba: Biblioteca Zanellato, Biblioteca Vicky. Derecha: Biblioteca Eugenia Zicavo.

María J. Luque nació en Rosario (Argentina), en 1983. Exhibe sus trabajos tanto individual como colectivamente desde 2005 en museos y espacios independientes de Argentina, Chile, Perú, México, España y Alemania. Más información: https://www.facebook.com/mariajosefinaluque http://nuestras-cartucheras.tumblr.com/ https://www.instagram.com/maria.j.luque/